En tus recuerdos, en tu corazón,
en tus inocentes sueños,
incluso si tus sueños cayeron en un laberrinto, extendiste tus alas.
Incluso el dolor que has experimentado,
los momentos en los que has llorado,
ponlos en tu corazón, sólo reténlos dentro,
y un día serás capaz de sonreír.
miércoles, 27 de abril de 2011
15:32
Me va a doler la cabeza después... Pero eso no quita las enormes ganas de llorar que aún tengo...
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